Nuestra arquitectura volvió a abrir sus puertas: un balance del OPEN HOUSE 2024
El fin de semana pasado, con la séptima edición de Open House, la ciudad de Rosario volvió a convertirse en un centro de la arquitectura, abriendo al público las puertas de obras emblemáticas, novedosas y singulares, y ratificando el compromiso de un gran número de personas involucradas en torno a la organización de un evento que crece año a año con propuestas que suman participantes.
Entre el sábado 11 y el domingo 12 de mayo, personas de distintas localidades santafesinas y de provincias aledañas recorrieron el centenar de casas, edificios y espacios arquitectónicos incluidos en los circuitos programados y pudieron valorar no sólo sus aspectos materiales sino también la dimensión histórica, social y cultural que las atraviesa; el lugar que ocupan en la ciudad.
Cabe destacar que, fruto del convenio de cooperación celebrado entre el CAUPSF, el CAUD2 Rosario y la Asociación Civil OHACHE (organizadora del Open House) la relación entre este colegio profesional y la entidad sin fines de lucro sostienen el compromiso de trabajar en programas, planes de asesoramiento, consultorías e intercambio de información, que se hace extensivo a los seis distritos.
Mediante este convenio, y con el objetivo de apoyar, vincularse y comprometerse con propuestas que difunden y visibilizan la arquitectura y el urbanismo, el Colegio realizó aportes para realizar este evento y su sede de avenida Belgrano fue uno de los puntos de atracción de los circuitos programados.
Voces para un balance preliminar
Este miércoles y jueves, el staff organizativo de la Open House se reúne para evaluar el resultado de esta séptima edición. Previo a este encuentro, dos referentes nos comparten sus primeras impresiones. Ellos son el arquitecto Gabriel Stivala (Presidente de la asociación civil OHACHE y director de la carrera de Arquitectura en la Universidad Católica de Santa Fe) y el arquitecto Pablo Mercado (Miembro de la Asoc. Civil OHACHE e integrante de la Comisión de Patrimonio del CAUD2).
“En un marco de tantas complejidades por la inseguridad, la situación económica y demás, lograr que una ciudad se movilice para un evento como el Open House costó mucho más que en ediciones pasadas, pero nos dejó satisfechos porque dejó buenos frutos”, dice Stivala.
Y agrega: “Esto es un logro de la asociación OHACHE, que es un grupo consolidado de 40 personas comprometidas, y a los que hay que sumar a cerca de 350 voluntarios, las 100 personas que abrieron sus casas, los sponsors y las instituciones que apoyan”.
Mercado subraya, entre estas entidades, el rol que cumplió el Colegio de Arquitectura y Urbanismo. “En la sede del CAUD2 se realizó una reunión previa llamada Pre Open, que fue de gran ayuda para motivar a propietarios y voluntarios para el festival”, dice.
Stivala señala que en esta séptima edición, hubo entre un 30 y un 40 por ciento de las edificaciones que abrieron sus puertas al público fueron construcciones nuevas, lo que tiende a consolidar la idea de la organización de equilibrar la puesta en valor de obras patrimoniales o consolidadas con lo contemporáneo.
Esa diversidad, según observa, se manifestó en las tipologías y en los emplazamientos; comprendiendo desde una vivienda del plan Eva Perón a edificios de diseños más acordes a las tendencias emergentes.
Sobre esto último, Stivala menciona como un dato saliente que muchas de las obras que formaron parte de los recorridos pertenecen a profesionales o estudios que participaron de la MAAPE 2023. “Esa fue una fuente para la búsqueda de obra contemporánea, que es uno de los objetivos del evento y que se suman a las obras patrimoniales como el Cabanellas o la Casa Fracassi, que siempre congregan a mucha gente”, afirma.
Otro punto destacable de esta edición fueron las actividades paralelas como el Open Camina, que -en palabras de Stivala- “permitieron incluir en el circuito a barrios como Echesortu, Azcuénaga o Fisherton, lo que logró ofrecer amplitud y diversidad,que son cosas que siempre buscamos reforzar”.
Por último, el presidente de la asociación civil OHACHE mencionó el éxito que tuvo la convocatoria a revisitar o descubrir el legado del arquitecto Hilarión Hernández Larguía con un circuito que incluyó desde la visita al consagrado edificio de ARICANA y un recorrido por su casa-estudio, donde, además de exponer parte de su obra, también permitió a los presentes -y gracias a la colaboración de la FAPyD y el Museo Castagnino- asomarse al ámbito familiar y cultural de este emblema de la arquitectura rosarina.
Una búsqueda inalterable
Por su parte, el arquitecto Pablo Mercado coincide con Stivala en ubicar como un punto fuerte de esta edición de Open House el itinerario por el universo Hernández Larguía, y recuerda que esta idea de rendir un homenaje a estos referentes de la arquitectura que han dejado una huella en el patrimonio de la ciudad se inició luego de la pandemia con la puesta en valor de la arquitecta Matilde Luetich.
“En esa oportunidad el CAUD2 tuvo un gran protagonismo, ya que allí se montaron paneles en una muestra que luego se expuso en la Casa del Artista Plástico. Y el año pasado homenajeamos al arquitecto Ermete De Lorenzi con el mismo objetivo”.
A modo de balance de esta séptima edición de Open House, Mercado asegura que “lo que se mantiene inalterable año a año es la idea de este festival; que es que la arquitectura sea valorada, que la gente pueda reconocer espacios que no está habituada a posar la mirada o a los que no tiene fácil acceso”.
“Vino gente de San Nicolás, de San Lorenzo, de Venado Tuerto, del norte de Santa Fe, y de Entre Ríos. Sin dudas, por esos días Rosario se convierte en un centro de la arquitectura. Como profesionales, siempre es bueno integrarnos y llegar a ámbitos donde no nos suele ser tan fácil. ”, reflexiona.
Y concluye: “Todavía estamos en plena emoción por lo que dejó esta nueva edición. Fue un año intenso de buscar propiedades para mostrar, armar los recorridos, sumar voluntarios, y conseguir los apoyos necesarios. El resultado es más que satisfactorio”.